El
padre Noailles había fundado la Sagrada Familia en 1820.
Los
deberes en la parroquia de Santa Eulalia, le impidieron acudir a la calle
Mazarino, en Burdeos, para la Bendición del Santísimo, en la capilla de las
hermanas. Por ello, le sustituyó el padre Delort.
Durante
veinte minutos, los asistentes pudieron contemplar, en lugar de la forma expuesta
en la adoración, el busto de un hombre joven, muy bien parecido, con un rostro
que emanaba luz, inclinándose bondadosamente hacia los presentes, en medio de
una paz y un recogimiento.
Milady
Peychoud no vio nada pero oyó que Alguien decía: “Yo soy el que soy”.
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